jueves, 4 de junio de 2015

Currículum oculto de los docentes.


            El término currículum proviene de la palabra latina “currere” que significa: carrera, recorrido que debe ser realizado, pero también significa: carro pequeño, correr, corrida (implica movimiento, dinamismo).
            Dependiendo de posturas personales y concepciones de la educación, existe una variedad de definiciones. Mientras que para unos son los planes de estudio y los programas, para otros significa abarcar todas las experiencias que el alumno tiene bajo la dirección de la escuela.
            Podemos decir que el currículum ya no es solamente el resultado pedagógico que se produce internamente en la institución educativa, sino lo que ocurre en su exterior, se trata de una expresión cultural dentro de la institución que engloba valores, ideología, conocimientos, experiencias, como pieza clave de una sociedad cambiante que demanda más recursos humanos con la suficiente la capacidad y competencia de adecuarse a las circunstancias sociales, políticas y económicas dominantes.
            Por lo tanto podemos hacer distinción entre varios tipos de currículum:
            àEl currículo formal es el plan de trabajo concreto.
            àEl currículo real o vivido es la puesta en práctica del currículum formal con las inevitables y necesarias modificaciones que requiere la contrastación y ajuste entre el plan curricular y la realidad del aula.
            àEl currículo oculto por su parte, conceptualiza a aquellos aspectos no explícitos del currículum. Entonces, ¿cuán oculto es el currículum oculto? ¿Puede decirse que es una estrategia académica?
            El currículo oculto es una estructura que no es reconocida oficialmente por docentes, administrativos y estudiantes, pero que tiene un impacto significativo; por lo general está determinado por los valores, actitudes y conductas apropiadas. Se contrapone a la noción del currículum formal, en razón a que no está contemplado en los planes de estudios ni en la normativa importante del sistema institucional. Es proveedor de enseñanzas encubiertas, latentes, no explícitas...
            El currículo oculto, tal y como se define por el Feminario de Alicante (1987)8 es el conjunto de aprendizajes vividos a través de la organización específica del centro y de lo que en él se practica. Puede también ser definido como aquellas facetas de la vida escolar de las que se aprende sin que las y los profesores sean conscientes de sus efectos, ni las/os alumnos/as perciban su transmisión.
            Se circunscribe a los procesos que suceden dentro del aula, las técnicas grupales, los diálogos y los valores de los que participan en él. Es un tanto impreciso, ya que resulta difícil medir las experiencias transmitidas. Es importante conocer el currículo oculto que transmitimos para no mantener las desigualdades de género.
            El currículum oculto tiene un carácter ideológico, de hecho expresa una ideología diferente a la oficial. Puede considerarse y expresarse de modo encubierto, latente, no intencionado, implícito e inadvertido. Y esa ideología se aprende a través de la práctica diaria en la clase.
            Lo cierto es que el currículum oculto o invisible forma parte de procesos naturales que se producen en el aula y sus diferentes contextos relacionados y a veces es de tal fuerza y magnitud que puede tener una mayor incidencia que el propio currículum formal.
            El currículum oculto actúa en las áreas de los valores, las conductas y las cualidades personales. El tema de valores nos remite e introduce el concepto de comunidad, la capacidad de saberse poner en el lugar del otro. La posibilidad de reconocer y tomar conciencia en forma crítica y reflexiva en el ámbito educativo, develando y haciendo explícitas las consecuencias académicas que tienen sus prácticas.

Los materiales escolares
            Los libros de texto tienen una gran influencia sobre alumnos y alumnas. La combinación de palabras escritas e imágenes junto con el deseo de aprender, facilitan la transmisión de los modelos masculino y femenino que representan.
            Es necesario analizar los libros de texto y materiales de nuestro centro para primar el uso de aquellos que fomenten la igualdad y el respeto a las diferencias.
            Libros de texto y materiales de aula, la opacidad del lenguaje, pretendidamente genérico, que in-visibiliza a la mitad de la humanidad, el tratamiento secundario, el menor reconocimiento y refuerzo de las alumnas por parte del profesorado, las normas y el uso de los espacios escolares, la no incorporación de la formación afectiva-sexual, así como el tratamiento de la prevención de la violencia escolar, sin tener en cuenta a las niñas y a las mujeres y la ausencia de las tareas que tradicionalmente han correspondido al ámbito doméstico en los currículums escolares, son algunas de las variables que dificultan la educación en igualdad.
La interacción profesorado-alumnado
            El análisis de la interacción en el aula se ha utilizado para estudiar el currículo oculto que se transmite en la práctica docente. En líneas generales, de dicho análisis se confirma que la mayoría de los docentes (hombres y mujeres), dedican más atención al comportamiento de los niños, les hacen más preguntas, les dan más indicaciones para trabajar, les hacen más críticas y les riñen más (Tomé, 2005).
            Se suele buscar la explicación a esta diferencia de atención en el comportamiento más conflictivo de los alumnos que se distraen con mayor facilidad y movilizan al resto del aula. Pero no es totalmente cierto, ya que los propios docentes y el alumnado confirman que también hay mayor interacción con los alumnos más destacados del grupo, no sólo con los disruptivos. La menor interacción con las alumnas facilita que adopten posturas más pasivas en el proceso de aprendizaje. Además interiorizan un papel secundario que les lleva a sentirse menos importantes.
            Aúnque no se manifiesta abiertamente, de estas interacciones podría desprenderse el mayor valor que otorga el sistema educativo a las actitudes más propias de los alumnos, como son la competitividad, la agresividad, el deseo de destacar, frente a las actitudes y comportamientos más propios de las alumnas, como son la responsabilidad, la constancia o el compañerismo. Actitudes de respeto y buena convivencia que previenen la violencia y a las que se otorga un papel secundario.
            Al hablar de androcentrismo nos referimos a la adopción de una única perspectiva, la del hombre, al contemplar el desarrollo de las sociedades, el conocimiento y el saber en general. Ésta se impone en el análisis de la realidad y de los acontecimientos históricos, sociales y científicos, silenciando e invisibilizando las demás que quedan relegadas a los márgenes. Lo masculino se concibe como lo universal, lo total, frente a lo femenino, que no está en paridad, ignorando las aportaciones de la mujer al desarrollo de las sociedades a lo largo de la historia, a la producción cultural y al pensamiento científico. El androcentrismo determina la relación de poder del hombre sobre la mujer.
            El androcentrismo de la ciencia tiene importantes repercusiones en el ámbito educativo. En primer lugar, los conocimientos que se transmiten en los centros excluyen a las mujeres de la historia, no se reconoce su contribución a la mejora de las condiciones de la vida colectiva. Los chicos tienen modelos de héroes, sabios y artistas; las chicas apenas encuentran precedentes femeninos en la cultura o en el poder que puedan estimular su aprendizaje. Los modelos femeninos que recogen los textos suelen ser reinas y santas que, generalmente, han sido reconocidas por realizar empresas típicamente masculinas (Juana de Arco o Isabel la Católica).
            Otro prejuicio que tiene su base en el androcentrismo es la creencia sobre las capacidades del alumnado. En el ámbito educativo es frecuente la opinión de que las alumnas tienen mayor facilidad con el lenguaje y los alumnos con las matemáticas. En este sentido, se han realizado diversos estudios para confirmar estas capacidades, pero no han sido concluyentes.
            La jerarquización de las materias del currículo tiene también su base en el androcentrismo de la ciencia.
El uso del lenguaje
            El lenguaje tiene una enorme influencia en la vida cotidiana. Todo lo que existe tiene una denominación y es válido y reconocido en la medida que se nombra, cuando tiene una palabra que lo define y lo diferencia. Lo que no se nombra o se nombra en contadas ocasiones tiene poco valor o no existe. El androcentrismo del lenguaje en los libros de texto y en la transmisión oral hace invisibles a las mujeres. En muchas lenguas la diferencia de género marca las primeras diferencias sociales.
            Niños y niñas se excluyen o incluyen de situaciones, cualidades y expectativas. Los centros educativos utilizan constantemente el lenguaje oral y escrito para transmitir saberes y normas sociales. El uso y abuso del genérico masculino tiene un efecto sobre el colectivo femenino, su presencia y aportaciones se ocultan y contribuye a diluir la identidad femenina.
            Algunos de los usos sexistas del lenguaje son:
            • El uso del masculino para designar colectivos que incluyen a personas de ambos sexos, incluso cuando la mayoría son mujeres, o cuando en el grupo hay un único varón.
            • Algunos términos en la forma femenina tienen connotaciones negativas que no tienen en la forma masculina: hombre público/mujer pública, perro/perra, etc.
            • En la denominación de muchas profesiones, al nombrarse por la forma masculina, presupone que quien la ejerce es exclusivamente varón, y puede limitar la perspectiva de acceso a las personas del otro sexo. Términos como abogada, médica, ingeniera, siguen resultando extraños para muchas personas.
El uso de los espacios y tiempos en los centros educativos
            La presencia y el reparto del espacio en el patio entre chicos y chicas no son equitativos. Los alumnos ocupan el espacio central y la mayoría del terreno para practicar deportes, mientras las alumnas se sitúan alrededor del recinto, próximas a la pared.
            Para muchos docentes el uso diferenciado del patio por parte del alumnado responde a las preferencias y los gustos de cada uno. Muchas veces, con estas creencias se perpetúan los estereotipos sexistas al afirmar que a las alumnas les gusta hablar en grupos, mientras que los chicos prefieren hacer deporte. Sin embargo, en centros educativos que han primado otra gestión de los patios como espacios para la relación y el esparcimiento, han encontrado la colaboración de las alumnas que han respondido activamente al estímulo de realizar otras actividades, de forma conjunta, con los alumnos.

            Mostrar el currículum oculto es desvelar las trampas de la discriminación y dar paso a una educación que se enriquezca con la presencia y participación plena de las mujeres y los hombres.

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